Seguro que has escuchado alguna vez que la sandía es todo agua y es que es la fruta que más cantidad de este elemento contiene, hasta un 93 por ciento por lo que es ideal para calmar la sed.
Además, aporta a nuestro organismo su aporte de vitamina C, vitamina A, calcio, fósforo, potasio y magnesio, entre otros.
La cantidad de licopeno que posee, y que la dota de ese color rojo, destaca por su capacidad antioxidante. Por ello, se recomienda para luchar contra algunos tipos de cáncer. Los antioxidantes protegen a las células contra los radicales libres, átomos o grupos de átomos altamente reactivos e inestables que dañan las células, producen el envejecimiento y contribuyen al desarrollo de muchas enfermedades.
Ayuda a mejorar la salud cardiovascular al contener L-citrulina, aminoácido no esencial que mejora en nuestro rendimiento físico. Según diversos estudios, mejora el rendimiento, ayuda a reducir la fatiga y reduce el dolor muscular.
Va bien para la salud de nuestros ojos al protegerlos contra las enfermedades relacionadas con la edad. También para mantener una piel hidratada y más protegida contra los rayos UV.
Es un diurético natural para la reducción de retención de líquidos y eliminación de toxinas. Esto ayuda a bajar la tensión arterial y regula el latido cardíaco. También es buena para dietas para pérdida de peso porque tiene mucha agua y baja densidad energética.